Por: Jesús Aguinaga Zumárraga
(Dr. Magíster. Profesor y Director del Centro de Publicaciones de la PUCE)
Estimados colegas y amigos:
El mundo actual, en su avance vertiginoso hacia la conquista de mundos antes
insospechados, parece hablar imperiosamente sobre la urgencia de que el ser
humano se prepare para estos nuevos desafíos…; aquí no valen las
improvisaciones que le pueden llevar al hombre a su propia desaparición; en
cambio, luego de clarificar las metas, conformar hipótesis, ensayar
estrategias, sí cabe afrontar los riesgos.
Y ¿qué riesgo mayor que entrar en el universo de la palabra? ¿Puede haber un
desafío mayor para el ser humano que el de saber comunicarse? Pero me refiero
al comunicarse como acto auténtico, cabal, completo, de la persona con respecto
a sus semejantes, acto en el que el individuo hace uso pleno de su capacidad
razonadora, de su libertad y de su espíritu innato socializador y creativo.
Y el acto comunicativo es, por esencia, la parte nuclear del campo editorial
universitario.
Por tanto, al referirme al campo editorial universitario, necesariamente la
lectura ocupa un sitial privilegiado, pues, por una parte, con la creación de
textos, y por otra, con la lectura, la persona puede adentrarse en la ciencia y
en la técnica, y llegar a altos niveles de desarrollo de su capacidad
investigativa, y así contribuir también al avance de la ciencia.
La lectura constituye un proceso de captación del significado planteado por un
texto determinado, elaborado mediante símbolos impresos.
La lectura es una actividad sumamente importante pues ésta es la puerta de
acceso a la cultura escrita y por medio de ésta, a todo tipo de cultura, y aún
más, a la investigación.
Es también un potente instrumento de aprendizaje, pues, leyendo, se aprende, se
informa, se desarrollan capacidades cognitivas superiores: la reflexión, la
crítica, la conciencia de los procesos de pensamiento propios y ajenos.
Para que una lectura sea eficaz y productiva, el texto escrito debe estar
acorde con la edad cronológica y sicológica del lector, con sus intereses, con
su nivel de cultura, con el lenguaje conocido por el lector; pero, por sobre
todo, la competencia del lector es el factor más decisivo para que la lectura
sea mejor comprendida y comentada. La competencia del lector ¿en qué? En el
conocimiento de la lengua y de sus usos, en el dominio de las estrategias
lectoras, en la claridad acerca de los propósitos de la lectura, en la
suficiente motivación y en el interés, en el conocimiento sólido y sustentable
del tema.
Los factores que intervienen para una buena comprensión son: Un mensaje claro,
coherente y bien elaborado, con un correcto uso del lenguaje; una buena
relación entre el mensaje y el lector; un contenido referencial que no acumule
de datos sino que ofrezca los datos que realmente sean oportunos y relevantes.
El lenguaje escrito es la forma privilegiada de comunicarse el autor con sus
destinatarios. La lectura es un diálogo entre el autor del texto y el lector
que lo está leyendo: en efecto, el autor habla a través del texto, mientras que
el lector reflexiona sobre el texto, se formula sus preguntas, indaga en el
mismo texto o acude a otros, intentando así llegar a una respuesta adecuada.
La lectura propicia el auto-descubrimiento del hombre como ser pensante y
libre.
Pensamiento, conocimiento e investigación, son los hilos conductores que llevan
a la mente hacia la ciencia; la mente es la gran generadora que, secundada por
la experiencia, abre al ser humano horizontes sin fronteras en los que, de los
sueños, imágenes e ideales más atrevidos, brotan las ideas que podrían
desembocar en grandes realidades. Así se ha ido construyendo el mundo y así se
irá construyendo el hombre de cada siglo venidero.
En el devenir de los acontecimientos sociales, políticos, económicos, el ser
humano debe encarar con responsabilidad y creatividad, y lo hará a través de la
preparación, de la capacitación. En su existencia, el hombre, por su propia
naturaleza inquisidora, está siempre buscando las causas, fines y efectos de
todo… le ayudará en esta tarea la capacitación. Y hasta la penetración en el
entendimiento de la trilogía Dios, Ser Humano y Sociedad –temas que en algunos
aspectos rebasan la comprensión, la investigación y la experimentación- para
ello también hay que capacitarse.
Si el hombre quiere verdaderamente ser hombre, tiene que capacitarse. La
capacitación es la llave que abre la puerta del misterio, es la “varita mágica”
que, sin magia, pone en nuestras manos la razón de lo que parece sin razón o un
milagro.
Queda claro, entonces, que hay que capacitarse.
Y como la información y la comunicación juegan un papel preponderante
especialmente a través de los medios de comunicación y entre éstos, en
especial, de las publicaciones ocasionales o periódicas, es indispensable la
capacitación en estos campos; esta necesidad es tanto más grave cuanto que
dichas publicaciones no solo informan y comunican, sino que también forman y
entrenan al sano juicio y lo deben hacer con profundidad, imparcialidad y
honestidad, en sus múltiples temáticas, áreas, disciplinas, géneros, doctrinas
e idiomas, y esto, en especial, si se trata de una universidad, que tiene como
función, entre otras, la de anunciar, denunciar, proponer tesis que planteen e impulsen
un nuevo despertar del ser humano como persona y como habitante de una
humanidad que quiere irse construyendo en la verdad y en el amor. Esto será
posible solo si los diversos miembros de la comunidad universitaria enfrentan
con coherencia y decisión de seres humanos comprometidos, los diversos desafíos
de la vida personal y profesional, si asumen los roles de un liderazgo
constructivo y demás valores defendidos y propagados a través del testimonio
personal y de la palabra oral y escrita.
En el mundo de la cultura, es importante referirnos al aspecto de editoriales,
es decir, a la publicación de obras, más aún, cuando, en el orden académico,
dichas publicaciones van configurando la imagen de lo que es y de lo que quiere
ser la Universidad.
Las editoriales, por sus publicaciones, trascienden, penetran en el intelecto y
en la conciencia de los mortales; no dejan un rincón en el planeta que no lo
inquieten, un ser humano al que no lo cuestionen, una sociedad a la que no la
transformen, esto, sobre todo si se trata de publicaciones que gestan la luz,
la verdad y el bien.
Los libros son canales difusores de la cultura y del pensamiento, son
constructores de un mundo que reemplaza la ignorancia, las armas, la
injusticia, por el saber, la paz y la justicia; reemplaza la arbitrariedad y el
abuso por el respeto a cada quien; el materialismo y la corrupción por lo
trascendente y lo honesto.
Por esto, a pesar del ritmo de vida vertiginoso que experimentamos –que
restringe la lectura y el diálogo- estimulemos una buena lectura; así, la
reflexión, el debate, el cuestionamiento, el análisis y la investigación, a
partir de una buena publicación y de una correcta lectura, serán las
actividades que salvarán al hombre y a las sociedades, de hundirse en la
ignorancia, el ostracismo, la soledad y la deshumanización.
No obstante ser las publicaciones, de manera general, aportes positivos, no
todo lo que brilla es oro: Los libros o revistas generales o especializados u
otros tipos de publicaciones, dejan, en unos casos, una sensación agradable y
una herencia muy rica, ya por sus contenidos, estilo, metodología empleada,
como por su nivel científico, humanístico; en otros casos nos dejan una
sensación de insatisfacción, herencia insustancial, morbosa, abominable, literatura
barata; entre éstas me voy a referir a aquellas publicaciones llamadas piratas,
por ser resultantes del plagio o por transgredir las exigencias de la ley de
propiedad intelectual y los derechos de autor; dichas publicaciones deben ser
decomisadas y trasladadas no a un archivo, ni bodega, ni, peor, a una
biblioteca, sino echadas a un basurero público, y sus autores, cómplices y
encubridores debieran ser enviarlos a la cárcel. Pero no solo estos seudo
autores y editores merecen el rechazo de la sociedad, sino también aquellos
que, cobardemente, a través de rumores y sin ninguna prueba, calumnian a
autores e instituciones serias y de prestigio y les quieren robar el honor y la
buena imagen conseguidos a través de muchos años de esfuerzo y de trabajo
honesto; estos tergiversadores también merecen llamarse piratas del campo
editorial, piratas fracasados que con este actuar se deshonran a sí mismos.
Distinguidos colegas, hagamos todos causa común, para levantar el nivel de las
publicaciones y ubicarlas en el sitial que ellas merecen; compitamos libre y
responsablemente, con la altura y nobleza que corresponde a nuestra clase,
compitamos con talento y con ética.
Frente a estas sencillas pero sinceras reflexiones, me permito reafirmar que la
capacitación constituye un instrumento de mejoramiento y gestión en el campo
editorial universitario. Por tanto, hay que darle una suficiente atención.
Las falencias en el campo editorial, en lo técnico y humano, pueden encontrar
remedio a través de la capacitación, como herramienta de la gestión editorial.
Recordemos algo relevante: Capacitación es inversión.
¿En qué? En el proceso de edición de una publicación; es decir, conocer las
fases de producción, difusión, distribución y comercialización de las
publicaciones, considerando en cada una de ellas los diferentes pasos,
actividades y tareas que deben cumplirse de manera organizada, para que una
editorial alcance sus objetivos y obtenga réditos en cuanto a la calidad de su
servicio y una justa compensación económica; para que la ciencia se haya
enriquecido.
¿Para qué?, para que quienes tenemos la calidad de editores y editamos, lo
hagamos con probidad profesional, sabiendo que el respeto a la verdad y a la
dignidad de las personas e instituciones tiene su fundamento en principios
éticos universalmente reconocidos; así lo menciona el Dr. Manuel Corrales
Pascual S. J., Rector de la PUCE, en su libro Ética y Comunicación; todo esto
en beneficio de los lectores, nuestros directos beneficiarios, pues ellos deben
recibir un producto agradable y atractivo, que satisfaga los esfuerzos de
editores y las expectativas de los lectores.
Así, pues, se justifica una capacitación que plantee retos, que provoque
cambios, que mejore el desempeño de las funciones en el campo editorial, que
utilice habilidades y destrezas actualizadas y pertinentes, que desarrolle
nuevas técnicas; que logre cambios éticos y conductuales en las personas que
lideran y operativizan el campo editorial; he ahí la necesidad de crear un
sistema de capacitación para la red de EULAC (Editoriales Universitarias de
América Latina y el Caribe).
El proceso de capacitación aplicado en el campo editorial, podría constar de
las siguientes etapas:
1. Detección y diagnóstico de las necesidades de capacitación: gerenciales,
técnico–operativas, auxiliares y comportamentales, en el campo de las
publicaciones universitarias
2. Planificación y programación de la capacitación para el área de las
publicaciones universitarias, capacitación desarrollada ya en el puesto de
trabajo, ya mediante cursos nacionales e internacionales, pasantìas, etc.
3. Ejecución de la capacitación sobre publicaciones universitarias según el
cronograma previsto.
4. Evaluación y seguimiento de la capacitación impartida.
Entonces la capacitación logrará cambios radicales en cuanto a cómo ir
mejorando las publicaciones y la actuación de las personas que estamos
involucradas, ya liderando o ya operativizando el campo editorial
universitario.
Para mejorar la capacitación del campo editorial universitario, proponemos las
siguientes Recomendaciones:
1. Crear un sistema de capacitación para EULAC.
2. Generar una capacitación a nivel de cursos y pasantías por parte de EULAC,
programados en forma periódica durante cada año, en las diferentes
universidades de América Latina, sin excluirse a ninguna de esta
responsabilidad; dicha capacitación estará de acuerdo a las necesidades y
competencias de cada una de ellas.
3. Generar normativas técnicas específicas y especializadas.
4. Generar normativas jurídicas para este campo.
5. Generar políticas y estrategias de EULAC sobre esta materia. (En caso de que
no existieren).
6. Generar planes y proyectos a corto, mediano y largo plazo en este tema. (En
caso de que no existieren).
7. Conformar comisiones que asuman la ejecución de las diferentes
responsabilidades determinadas en el presente documento.
8. Además del cuerpo directivo, establecer un comité permanente que vigile la
operativización de los compromisos hechos por las diferentes universidades
miembros de EULAC en este campo.
9. Incluir en un catálogo de EULAC este tema de la capacitación. (En caso de
que no existiere).
10. Elaborar un boletín virtual que bimensualmente nos presente las novedades
de la red, en especial, sobre el sistema de capacitación de la red.
11. Ofrecer capacitación técnica constante y actualizada a sus miembros.
12. Brindar capacitación humanística a sus miembros.
13. Establecer estímulos y correctivos (En caso de que no existieren).
Conclusiones
Ø Hace falta para EULAC un sistema de capacitación, como herramienta de gestión
para el cambio y desarrollo de las editoriales universitarias de América
Latina.
Ø Desterrar la piratería y corrupción en cualquiera de sus formas y
manifestaciones en el campo de las publicaciones.
Ø Fortalecer por todos los medios posibles y de manera especial, a través de
las publicaciones, los derechos a la libertad de expresión, de pensamiento, de
opinión; vigorizar, de manera general, todo aquello que se relacione con las
libertades de la mujer y del hombre, la igualdad de género, los derechos de los
minusválidos, el rechazo a toda forma de racismo, rechazo a las diferencias
sociales; profundo respeto a los principios del derecho natural, a las
diferencias ideológicas, respeto al sistema democrático, respeto al derecho a
equivocarse; condena a toda forma de totalitarismo, a las diversas
manifestaciones y prácticas dictatoriales. Hacer un llamado a las universidades
de América Latina, del Caribe, de EEUU, Canadá y de otros continentes, para que
nos constituyamos en los órganos sociales idóneos, que exijamos en nuestras
respectivas sociedades, la implantación, de manera definitiva y permanente, de
valores comunes e imprescindibles para la convivencia humana, como son: el
respeto, la justicia, la paz, la moral, la honradez integral, la verdad, el
bien común y el amor entre semejantes y entre pueblos hermanos, cobijados todos
por un solo ideal: el de desarrollar una auténtica gestión en el campo
editorial universitario.
Apreciados colegas y amigos: Concluyo mi intervención, expresando cuan importante
es aceptar al otro u otros, es decir, a cada quien en su realidad, no en el
cliché de un deber ser, a veces incluso falso o distorsionado, sino dentro de
una mística de un trabajo fraterno en el que nos animemos, y aun más, nos
acompañemos a caminar.
Amigos todos: Al decir de Machado, continuemos haciendo camino mientras
seguimos caminando, y solo así arribaremos a la meta, para bien del campo
editorial universitario. Esta meta es ambiciosa y vale la pena emprender el
camino.
Damas y caballeros, muchas gracias.
(Conferencia que será leída en el evento Libro universitario,
encuentro y muestras, a realizarse el 16, 17 y 18 de junio en la
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí)
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